"Alegrarse por la debacle de otros es de ignorantes" (Pablo Dócimo, locutor nacional y periodista)
Estados Unidos enfrenta desde hace algunos días, una de las dos crisis más importantes de su historia (la otra fue en 1930). Ejes fundamentales de dicha crisis son el colapso en las acciones inmobiliarias y el aumento en los barriles de petróleo. Ésto, sumado a que ambos hechos se producen de manera paralela, arrojan como resultado que "El Imperio" entre en recesión y provoque la quiebra de importantísimos bancos como Bear Stearns o Lehman Brothers, entre otros.
El primer punto, entonces, es el del mercado inmobiliario. Hasta hace poco tiempo, comprar una casa en Estados Unidos estaba al alcance de la mano: innumerables préstamos, bajísimas tasas de interés, hicieron que la competencia sea cada vez más reñida y que nadie, ni un sólo banco, se fijara en los índices altísimos de morosidad (es decir, de gente que compraba y no pagaba) que empezaban a agigantarse. De esta manera, llegó un momento en que los bancos ya no pueden hacerse cargos de semejantes deudas que tienen los compradores, por lo que presentan quiebra.
Para intentar salvarlos, el gobierno de George W. Bush, pretende emitir 700 mil millones de dólares para "salvar" a las mencionadas entidades bancarias. Pero esa medida es rechazada.
Cristina responde con íronia cuando, en un congreso en tierras norteamericanas, le preguntan si tiene un plan B. "Ustedes tendrían que tenerlo"...
Chávez se jacta de que a ellos eso no les pasaría...¿el presidente venezolano no se da cuenta de que si Estados Unidos se desestabiliza, siendo el mayor comprador de petróleo a Venezuela, ese país también entraría en una crisis durísima?...
Da la sensación de que hablan con resentimiento. Como queriendo demostrar que "Estados Unidos algún día se iba a caer". El problema es que lamentables gobiernos en toda América han situado a los norteamericanos como nuestros "guías", por eso dependemos tanto del dólar, por eso hoy por hoy no nos podemos poner contentos si Estados Unidos está a punto de explotar. Al final, termina siendo verdad: nosotros tampoco teníamos un Plan B...
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